HISTORIAS DE ÉXITO

Un futuro prometedor, hecho añicos en un instante

Breanna tenía sólo 17 años, era una aplicada estudiante de enfermería que se dirigía a clase, cuando su vida cambió en un instante. Cuando cruzaba la calle por un paso de peatones señalizado, un conductor giró ilegalmente a la izquierda y la atropelló, haciéndola caer al suelo. El impacto fue grave y Breanna sufrió un traumatismo craneoencefálico, dolores articulares debilitantes y daños en el cuello y el hombro que más tarde le obligaron a someterse a dos intervenciones quirúrgicas importantes.

El accidente la obligó a apartarse de sus estudios, retrasando el futuro que tanto le había costado labrarse.

Una recuperación larga y dolorosa

Las lesiones de Breanna eran graves. Sufrió un fuerte latigazo cervical, dolores articulares y un traumatismo craneoencefálico que le impidió ir al colegio durante semanas. Con el paso del tiempo, su estado empeoró: perdió movilidad en el hombro izquierdo y le costaba girar la cabeza, lo que imposibilitaba tareas sencillas como conducir.

Se sometió a años de fisioterapia, con la esperanza de evitar la cirugía. Pero a pesar de todos los esfuerzos, el dolor persistía. Al final, Breanna tuvo que someterse a dos intervenciones importantes: una operación de hombro para reparar un desgarro grave y otra de fusión cervical para recuperar el movimiento y aliviar el dolor.

"Intenté por todos los medios mejorar mi calidad de vida sin cirugía", dice. "Pero al final, era mi única opción".

Un defensor de confianza en tiempos de incertidumbre

La acción legal no era lo primero en lo que pensaba Breanna. Pero a medida que las facturas médicas se acumulaban y su educación descarrilaba, el representante de su madre le recomendó que hablara con un abogado. Fue entonces cuando conoció a Anthony Ferrante. "Al principio tenía dudas", admite Breanna.

Anthony y su equipo guiaron a Breanna en cada paso del proceso legal, asegurándose de que tuviera acceso a la atención médica que necesitaba mientras construían un caso sólido contra la ciudad de Nueva York. La mantuvieron informada, la tranquilizaron cuando se sintió abrumada y se aseguraron de que nunca se sintiera como un cliente más.

Cuando Anthony dejó su anterior bufete para fundar Ferrante & Koenig, se propuso llevarse el caso de Breanna. "Eso significó mucho para mí", dice ella. "Tenía tantos casos, y eligió llevar el mío hasta el final".

Una victoria muy reñida

La batalla legal se prolongó durante cuatro años, retrasada aún más por la pandemia de COVID-19. Pero Ferrante & Koenig nunca vaciló en su compromiso de conseguir justicia para Breanna. Pero Ferrante & Koenig nunca cejó en su empeño de conseguir justicia para Breanna.

En mayo de 2021, el tribunal dictaminó que la ciudad de Nueva York era 100% responsable del accidente. A partir de ahí, Anthony y su equipo trabajaron sin descanso para garantizar que Breanna recibiera una indemnización justa por su sufrimiento.

Finalmente, en diciembre de 2022, el caso se resolvió por 1,75 millones de dólares.

Una vida cambiada, un futuro recuperado.

Cuando se enteró de la noticia, Breanna no lo podía creer.

El acuerdo no sólo le proporcionó seguridad financiera, sino que también le dio a Breanna la posibilidad de centrarse en su futuro. Ahora, a sus 25 años y como profesional de la salud, ha retomado el camino hacia sus objetivos, un viaje que ha sido posible en parte gracias al inquebrantable apoyo de Ferrante & Koenig.

"Le debo tanto"

Mirando atrás, Breanna dice que no se imagina haber pasado por este proceso sin Anthony y su equipo.

"Si no fuera por él, no estaría donde estoy hoy", dice. "Luchó por mí, se aseguró de que recibiera la atención médica adecuada y nunca se rindió. Le debo tantas cosas que creo que nunca podré devolvérselas en esta vida."

Para quienes se enfrentan a una situación similar, Breanna tiene un consejo: "Está bien tener miedo, pero que eso no te impida intentarlo. La recompensa es mayor que el miedo".