La triste realidad es que probar la mala fe en Nueva York es muy difícil, pero no imposible. En Nueva York, la mala fe exige demostrar una conducta flagrante por parte de la aseguradora, lo que significa que debe demostrar que está incurriendo en un comportamiento falso o deshonesto.
Si bien es difícil probar la reclamación, la mala fe es fácil de detectar. Si una compañía de seguros no gestiona una reclamación de manera oportuna y honesta, es probable que actúe de mala fe. Algunos ejemplos:
- Demora en programar una inspección de daños a la propiedad;
- No evaluar su reclamo hasta recibir la “cooperación” de su asegurado;
- No investigar adecuadamente su reclamación;
- Negarse a pagar su reclamación a pesar de haber recibido todas las pruebas necesarias;
- No negociar un acuerdo dentro de los límites de la póliza de su asegurado;
- No prever un veredicto que exceda los límites de la póliza;
- No informar a un asegurado sobre las negociaciones de un acuerdo;
- No denegar una reclamación dentro de un plazo razonable;
Por desgracia, muchas compañías de seguros de Nueva York se dedican a este tipo de actividad de forma continua. Ser capaz de detectar y Llama a cabo en él puede ayudar en el proceso de negociación.
















